23 Feb Legal pero Perjudicial
Mucho se habla actualmente de la marihuana, pero ¿Cuánto sabemos realmente de esta sustancia?
La Marihuana es una droga de consumo oral y respiratorio con fines recreativos y medicinales. La nomenclatura que conocemos se refiere a las flores secas, hojas y tallos de la planta “cannabis sativa” en su ejemplar hembra. El cannabis en su estado natural posee ácido tetrahidrocannabinólico, que se convierte luego del proceso de secado de cualquiera de las partes de la planta, en lo que se denomina “THC” (tetrahidrocannabinol). Este último es el principal componente psicoactivo (que afecta el sistema nervioso central) de la marihuana.
Las flores secas de cannabis poseen entre un 3% y un 22% de THC, y se trata de la forma más común de consumo: el cigarro de marihuana. Existen otras maneras de consumir los derivados de esta planta, ya sea mediante un vaporizador, pasteles, sebsi, etc.
Aunque su uso sea recreativo, son varios los perjuicios que ocasiona el consumo. Luego de inhalar el humo de cannabis, el primer efecto perjudicial se produce en los pulmones. Se pueden dañar e irritar al igual que la garganta, y eso produce ataques de tos. Las vías respiratorias se dilatan, se inflaman los pulmones, y también disminuyen las defensas del sistema respiratorio, por lo que aumentan las probabilidades de contraer una infección. El ritmo cardíaco aumenta y baja el transporte de oxígeno por parte de la sangre. Hay estudios científicos que indican que es cinco veces más probable sufrir un ataque cardíaco durante la primera hora luego del consumo de marihuana.
Fumar cigarrillo de cannabis también es perjudicial para las neuronas. El THC tiene un alto grado de solubilidad en lípidos, por lo que no solo se puede acumular durante largo tiempo en el tejido adiposo, sino incluso en las membranas lipídicas de las neuronas. El principal accionar del THC en este caso se basa en la emisión de falsa información a las neuronas presinápticas, que luego envían señales de un mensaje inexistente a las neuronas postsinápticas. De aquí derivan las sensaciones de euforia e inhibición.
Otros efectos inmediatos luego del consumo pueden ser el resecamiento bucal, el enrojecimiento de los ojos (causado por la presión arterial que aumenta el flujo de sangre), alucinaciones, ansiedad, pánico, mareos, entre otros. Estos efectos causados por vía respiratoria tienen una duración aproximada de dos a cuatro horas. Si se ingiere el compuesto, el efecto no es instantáneo pero permanece más tiempo, incluso hasta diez horas.
El consumo excesivo, sobre todo la adicción, no cambia los efectos sino que los acentúa. En estos casos, las causas del poco apetito, la irritabilidad o la depresión por ejemplo, se pueden deber también a la abstinencia. Los síntomas aparecen luego de tres días aproximadamente sin consumir marihuana.
El consumo de cannabis durante el embarazo es sumamente perjudicial. El THC puede llegar al bebe por medio de la placenta y, según varios estudios, puede causar un nacimiento prematuro, bajo peso, anemia, hasta incluso el nacimiento sin vida. Otro riesgo que no se debe tomar es el de fumar durante el amamantamiento, debido a que el THC llega a la leche materna y por ende al bebe.