22 Abr Extasis
Razones por las cuales no debes consumir éxtasis
Como cualquier droga de diseño, el éxtasis fue creado para generar experiencias similares a las que generan las drogas de origen natural, y suelen consumirse junto con otras sustancias tales como alcohol y marihuana.
Sin embargo, el consumo de éxtasis no siempre genera el efecto deseado por el usuario, llevando al mismo a experimentar sensaciones desagradables y que, en ocasiones, ponen en peligro la vida.
Como cualquier droga de diseño, el éxtasis fue creado para generar experiencias similares a las que generan las drogas de origen natural, y suelen consumirse junto con otras sustancias tales como alcohol y marihuana.
Sin embargo, el consumo de éxtasis no siempre genera el efecto deseado por el usuario, llevando al mismo a experimentar sensaciones desagradables y que, en ocasiones, ponen en peligro la vida.
Razón #1: Genera efectos nocivos en el cuerpo
El consumo de éxtasis genera una serie de consecuencias dañinas para el cuerpo, que van desde lo transitorio hasta lo permanente. Los más comunes son: aumento del ritmo cardíaco, problemas en la calidad de la visión, agitación psicomotriz, sudoración excesiva, náuseas, bruxismo, deshidratación y agotamiento.
Añadido a esto, se ve alterada la capacidad de autorregulación: si una persona ha consumido éxtasis y realiza actividad física de cualquier tipo, su cuerpo se calienta rápidamente hasta llegar a provocar la descomposición de las fibras musculares, lo cual conduce o empeora el daño renal y, de combinarse con otras sustancias, la muerte.
Asimismo, a corto y mediano plazo contribuye con el deterioro de órganos internos tales como el hígado y el corazón (con efectos similares a los que produce la cocaína); además, tiene potencial para causar inflamación cerebral y convulsiones y, con el consumo continuado, afectar de manera permanente diversas regiones cerebrales, lo cual coadyuva a la aparición de problemas depresivos de tipo orgánico y pérdida de células cerebrales de la memoria asociada con el lenguaje.
Además, las secuelas psicológicas del éxtasis se ven pronunciadas mientras más dosis se consume y si el individuo tiene hábitos psicobiológicos poco saludables (sedentarismo, problemas en el sueño, alimentación inadecuada) y mezcla varias sustancias para potenciar el efecto deseado. De igual manera, el éxtasis interactúa con otras drogas, tanto lícitas como ilícitas, en especial con los inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO), cuya función es disminuir síntomas depresivos y del espectro ansioso.
Razón #2: Daños en la esfera psicológica
Debido a su carácter de sustancia psicoactiva, altera significativamente la percepción de la realidad. Es así que la otra cara de los efectos placenteros de su consumo es la aparición de síntomas de ansiedad, sensación progresiva de debilidad, confusión e ideas paranoides (sensación de ser perseguido y de estar en constante amenaza y desconfianza extrema en las demás personas).
Un elemento importante al momento de considerar el daño psíquico causado por el consumo de éxtasis son los antecedentes mentales familiares, pues si tienes familiares con patologías psiquiátricas de base, los resultados en tu cuerpo y tu mente serán cada vez más devastadores.
Razón #3: Problemas sociales
El consumo de éxtasis, igual que en el caso de cualquier otra droga psicoactiva, aumenta la posibilidad de involucrarse en conductas sexuales peligrosos. Ejemplo de estos comportamientos son las actividades sexuales sin protección, lo cual aumenta la posibilidad de adquirir infecciones de transmisión sexual y de embarazos no deseados, entre otros.
Siendo una sustancia que altera la percepción que se tiene del mundo, las relaciones con nuestros seres queridos y allegados se verán afectadas de manera negativa. De la misma manera, el éxtasis suele ser consumido por personas con una profunda insatisfacción con su realidad, por lo que entregarse a experimentar estados alterados de la conciencia parece ser la opción ideal para continuar la vida.
Al dar primacía a las sensaciones más que a la razón, la toma de decisiones se ve radicalmente afectada, y por ello incrementa la posibilidad de emitir conductas de riesgo que ponen en peligro la integridad no sólo del usuario sino también de quienes le rodean.
Cómo dejar de consumir éxtasis
Aunque no hay un consenso entre los estudiosos del tema acerca de la existencia de la dependencia física al éxtasis, el consumo de esta droga implica una serie de efectos placenteros a los que es fácil adherirse. Sin embargo, el consumo continuo afecta, como ya lo hemos descrito, todas las áreas de funcionamiento de un individuo.
Antes que nada, es importante tener en cuenta que no es necesario hacer uso del éxtasis para experimentar sensaciones agradables. Disfrutar una buena comida, salir con amigos, asistir a una fiesta y bailar son actividades que por sí solas pueden causar placer a quienes participan de ellas, sin necesidad de intermediarios químicos.
Además de esto, el notar un vacío o una falta de sentido en la vida es una situación que, por más desagradable que resulte, nos invita a pensar en las razones de ese sentimiento y considerarlo una oportunidad para repensar nuestro propósito en esta tierra. Aceptar que ello existe y que hay maneras de aliviarlo sin negar que está allí, nos permite subir un escalón más en la escalera del desarrollo personal.
Es necesario, además, contar con quienes te rodean, en especial tus seres queridos. Ellos están allí para consolarte y orientarte en caso de que lo necesites, y en caso de no tener la respuesta a tu problema, al menos te brindarán su hombro y su escucha para que puedas expresarte libremente.
Por último, aunque no menos importante, existen espacios de naturaleza terapéutica donde se puede recibir apoyo profesional en caso de necesitar un apoyo más prolongado y especializado.